Existe
otro argumento bastante potente contra las tesis de la IA fuerte, este
argumento es obra del filósofo John Searle.
Según
piensan los defensores de la AI fuerte, un ordenador capaz de responder preguntas
sobre un tema, tendría una comprensión real sobre dicho tema.
“José entró en un restaurante y salió
indignado porque el filete estaba en mal estado”
“José
entró en un restaurante y salió maravillado de la comida”
A
pesar de que en las frases no se indica explícitamente, si a dicho programa se
le pregunta en que caso José comió el filete y en cual no, el programa dará una
respuesta correcta, por lo que los defensores de la IA fuerte afirman que el
programa tiene cierto nivel de comprensión o incluso de consciencia sobre la
historia.
John
Searle opone a los argumentos de la IA Fuerte, su experimento mental de la
habitación China. El experimento consiste en que Jonh Searle o cualquier otra
persona que no tenga ni idea de chino se introducen en una habitación cerrada
con una serie de manuales de instrucciones. Por una ranura se introduce un
texto en chino y los manuales que contiene el sujeto dentro de la habitación le
indica cómo debe manipularlos de modo que finalmente extrae por la ranura la respuesta correcta en
chino. Por supuesto Searle o cualquier individuo que no sepa chino no sabe lo
que ha contestado ni como ha llegado a dicha conclusión pero la respuesta es
correcta y está en chino. John Searle está remedando el funcionamiento interno
de un microprocesador que maneja símbolos y redacta una respuesta correcta pero
no obtiene ninguna comprensión en el proceso, lo que refuta la hipótesis
esgrimida por los defensores de la IA fuerte.
En
torno a este experimento mental han surgido ciertas críticas.
Críticas al experimento de la habitación china
Las objeciones suelen seguir
una de las líneas siguientes:
Aunque
Searle no entienda chino, es posible que el sistema más amplio formado por la
habitación, los manuales y Searle si entienda chino.
Una
persona manipulando signos escritos dentro de una habitación puede ser sustituida
por un robot capaz de interactuar con el entorno y aprender del mismo.
Si
el comportamiento general de la
habitación y su inquilino no es evidencia suficiente de que entiende
chino, tampoco puede serlo la conducta de ninguna persona.
Respuestas a los argumentos en contra de la habitación china
Aunque es verdad que el sistema maneja el
chino, éste no entiende el idioma, es decir, la persona dentro del cuarto no
entiende lo que está haciendo, nada más lo está haciendo. Por consiguiente, el
que un computador maneje un idioma, no significa que éste entienda lo que está
haciendo, nada más significa que está realizando una acción. Es más, se podría
sustituir a Searle por todos los habitantes de la India, de tal modo que
ninguno de ellos comprendiese nada y su conjunto si pareciera comprenderlo,
aunque una crítica a esta última argumentación es que cada indio funcionaría
como una neurona del cerebro, las cuales operan de forma establecida y no
poseen comprensión ya que esta reside en el cerebro completo que sería la
habitación más los indios.
Searle contrapone la idea del absurdo de un
país entero como la india tenga algo de comprensión.
Las
personas que están leyendo estas palabras sí entienden el idioma castellano, al
contrario de la computadora, que tan solo maneja información sintáctica sin comprender su significado, los humanos
manejamos información semántica por lo que comprendemos y damos un sentido a
estas palabras.
Que
un sistema pueda responder a acciones con otra acción, no significa que posea inteligencia
en sí mismo.
Un nuevo vitalismo
La
opinión de los detractores de la inteligencia artificial fuerte, como Lucas,
Searle y otros, recuerda la defensa del vitalismo de siglos anteriores, con lo que la controversia entre la visión de la
inteligencia artificial fuerte y débil se parece mucho pero trasplantado al
siglo XX al dualismo entre la visión materialismo-vitalismo de siglos anteriores respecto a la condición de los
seres vivos en general y del ser humano y su mente en particular.
Llegado
el siglo XX esta discusión se traspasa a la máquina pero en los fundamentos sigue intacta: El ser
humano trasciende las capacidades de todos los seres vivos y máquinas o bien
simplemente es un “modelo” más avanzado que el resto de seres vivos y máquinas.
Con el tiempo la tecnología nos permitirá crear máquinas que nos igualen o superen
en capacidad intelectual o bien, dicha idea es imposible.
Hoftadter
en su obra “the mind’s I” tiene un dialogo titulado “una conversación con el cerebro de Einstein”
en el que supone la existencia de un libro monstruosamente grande con una
descripción completa del cerebro de Einstein.
Según
Hofstadter el libro daría las mismas respuestas que daría Einstein si fuera
preguntado, razón por la cual argumenta que el libro es Einstein, piensa como
Einstein y siente como Einstein.
Un
libro no es más que tinta sobre el papel y al ser leído y seguidas sus
instrucciones el intérprete está fuera del libro, no dentro, así que no
considero válida dicha argumentación a no ser que el libro incluya un
intérprete. Ni si quiera cambia nada si sustituimos el libro por una memoria
informática y un microprocesador.
Además
a las mismas preguntas, Einstein habría respondido frases diferentes si se le
preguntase en diferentes momentos de su vida por lo que el libro tendría que
tener en cuenta esto y tener un elenco de instrucciones para cada momento de la
vida de Einstein. Por lo que más que un libro sería una monstruosa
enciclopedia. Por estas razones me parece que esta argumentación es muy débil.
Pues cualquier mente es algo dinámico que está cambiando e interaccionando con
el entorno constantemente y el libro imaginado difícilmente podría simular eso.
Mi visión personal
Mi
visión particular sobre el tema estaría un poco entre medias entre la IA fuerte
y la débil. Creo que la mejor demostración de que es posible construir una
máquina idéntica a un cerebro humano es la existencia del propio cerebro humano
visto como máquina. No obstante no creo que cualquier algoritmo funcionando sea
equivalente independientemente de donde o como funcione. Pienso que los
ordenadores actuales por muy complejos y grandes que se hagan nunca podrán
“sentir” o “pensar” realmente hasta que no se cambie radicalmente su hardware
para adaptarlo a alguna configuración especial que puede ser o no similar al
cerebro humano pero en cualquier caso mucho más compleja que la de los
ordenadores actuales.
Con
los mecanismos internos actuales de funcionamiento de un ordenador no hay
manera física de implementar la “verdad” o la “gödelización” de Lucas lo que no
significa que en el futuro no pueda hacerse por ejemplo emulando del “hadware”
cerebral humano real, aún lejos de ser comprendido completamente.
En
este sentido Francis Crick en su libro “The Astonishing Hypothesis “ en castellano como “La búsqueda científica del alma” me parece mucho más sensato al poner de manifiesto
que la comparación de un ordenador actual con un cerebro humano es bastante
desafortunada al parecerse ambos más bien poco o nada. Como he dicho más arriba
un ordenador se parece más a un libro escrito que a una mente humana. De hecho
existe el concepto de ordenador de papel y lápiz.
Crick
comenta los resultados de varios experimentos con incipientes y toscas redes
neurales que tratan de imitar el funcionamiento del cerebro de forma mucho más
adecuada que un simple ordenador (aunque muchas veces estas redes son simuladas
por un simple ordenador). En estos experimentos se pone de manifiesto como hay
algunas características del cerebro que tienden a aparecer de forma espontánea
sin que nadie las haya puesto allí. Así pues dichas redes ajustan los pesos de
sus sinápsis mediante
un aprendizaje a partir del cual surge una memoria distribuida en toda la red y
no localizada como en los ordenadores convencionales. Surgen especializaciones
de las diferentes neuronas y otros atributos correspondientes a los cerebros
reales, como la degradación “elegante” cuando se van desconectando sinapsis o
neuronas.
Una
de sus ideas viene a ser que la filosofía está muy bien pero no puede sustituir
a la investigación sobre el terreno ni a la experimentación con cerebros
reales, cosa que muchas veces los filósofos pasan por alto.
Referencias:
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