Antes de adentrarnos en la aplicación de Windows Server para monitorizar su rendimiento y confiabilidad debemos considerar los siguientes conceptos:
Rendimiento. Es la rapidez con la que un equipo realiza las tareas que se le encomiendan ya sean las relacionadas con el sistema, o con las relacionadas con las aplicaciones ejecutadas y servicios que este presta. El rendimiento estará limitado por la velocidad del procesador, la cantidad y velocidad de la memoria principal y la velocidad de los dispositivos de almacenamiento externo como son los discos duros y las interfaces de red.
Confiabilidad. Es la frecuencia con la que el sistema funciona según el rendimiento que esperamos de él. Un sistema no es confiable cuando genera errores durante su funcionamiento, o cuando funciona más lento de lo esperado o cuando sus aplicaciones o servicios dejan de funcionar, se reinician o se bloquean.
Inmediatamente después de montar un sistema conviene realizar una prueba del rendimiento. De este modo, al instalar otros programas, ejecutaremos otra prueba de rendimiento para compararla con la anterior y comprobar si ha afectado al rendimiento general del sistema.
El Monitor de confiabilidad y rendimiento de Windows ofrece herramientas que permiten supervisar y analizar el sistema, recoger datos y realizar informes. Registros y alertas de rendimiento. Con estos datos será posible ajustar la capacidad del sistema a la demanda.
Para comenzar a trabajar con el Monitor de confiabilidad y rendimiento, hacemos clic sobre el botón Inicio y elegimos Herramientas Administrativas -> Monitor de confiabilidad y rendimiento.